Prepotencia, autoritarismo y reelección

Puntillazos:

El fin de semana pasado volvió el espectro de la reelección al tablado político dominicano y como siempre matizado por actos de autoritarismo y prepotencia.

En Santiago la segunda capital del país los actos a que acudió el primer mandatario para “inaugurar” la repavimentado de calles que estaban deterioradas se convirtieron en abiertas manifestaciones reeleccionistas, el presidente Fernández dijo que se opone a la prolongación de su mandato propuesta por un aspirante presidencial de su partido, el ex senador José Tomás Pérez y en una especie de “No me ayude compa” el mandatario dijo que eso no va.

Sin embargo no dijo nada de las aclamaciones de la reelección y eso evidentemente le ha alterado el cotarro y es que la mayoría de los dominicanos son opuestos a ese esperpento de la “democracia dirigida” por no decir otra cosa pues el anacronismo de la perpetuación en el poder ha causado daños irreparables al país y a toda América Latina.

En el PLD como en el PRD la no reelección es cuestión de principios no ha de extrañarnos entonces la revuelta del partido de gobierno ante la aparición de la campaña reeleccionista del presidente Fernández, sancionada con su presencia; y que si memorizamos el reciente caso del PRD, donde el autoritarismo de Hipólito se impuso; no dudamos que se repita la frustrante experiencia.

Sorprendió a la opinión pública nacional no solo la aparición de la temprana campaña para “volver y volver” como en los tiempos del fenecido doctor Balaguer, sino los actos de autoritarismo como la prohibición de la Feria Alternativa a la de los 10 años que merecido la repulsa de la ciudadanía incluso; la de Carlos Dore influyente funcionario de la pasada y presente administración de Fernández.

Otros actos de imposición autoritaria y abuso de poder del final de semana pasado, es el desorden mayúsculo que escenificó en el Aeropuerto Internacional JFPG; el protegido del presidente, senador Roberto Williams, el manejo de la evidente epidemia del dengue hemorrágico y la orden de la primera dama para trasladar de Santiago la biblioteca rodante que desde hace años había servido a la ciudad corazón.

La prohibición de la feria: un acto de jóvenes profesionales y estudiantes, fue dispuesta por el desde siempre autoritario y cara dura ministro de interior Franklin Almeyda. Este como los demás actos de arbitrariedad y el soplo de los tormentosos vientos reeleccionistas; han recibido despliegues en la prensa del país con las airadas protestas de diversos sectores de vida nacional. Incluso gubernamentales y causa exotismo que el presidente haya callado sobre los mismos por aquello de que “El que calla otorga”. Gracias amigos, volveré con ustedes si Dios lo permite. Moisés Iturbides.



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