Puntillazos:
No es costumbre de esta columna publicar imágenes pero el caso presente lo amerita.
El secretario de salud en dominicana, Bautista Rojas; Un médico que habla una jerga callejera peor ralea. Sin miramiento a la mínima compostura que debe corresponder a un funcionario de su encumbramiento, se despacho con unas declaraciones a la prensa en las que nauseó su malestar ante la protesta de los cirujanos del Hospital Padre Billini, que suspendieron las intervenciones quirúrgicas en demanda de la reparación de la unidad de aire acondicionado de la sala de operaciones.
El titular de la cartera de Salud, en las declaraciones a que me refiero; califica de pocilgas a las instalaciones médicas del sector privado y ahí mismo otra vez lo hizo fuera del cajón como cuando tuvo que admitir que había mentido en el caso del Dengue Hemorrágico.
Si tuviera algo de integridad moral, seriedad y conocimiento de sus responsabilidades no hubiera mentido en lo de la epidemia del dengue, ni calificara de pocilgas las instituciones médicas del sector privado que les están dando servicio a la población; un servicio que no pueden dar los hospitales del Estado en las condiciones desvencijadas en que se encuentran, porque la clase médica ha denunciado hasta el cansancio ante la sordera de la secretaria de salud, que no cuentan con los elementos mínimos necesarios para atender las demandas de atención y salud de los estratos más desvalidos de la población.
¿Y que se puede espera de un funcionario mentiroso? Como no sea ineficiencia, irregularidades y corrupción, el caso del niño seibano es materia para reflexionar; lo llevaron primero al hospital de esa ciudad, donde por falta de medicamentos adecuados; su salud se deterioró. Entonces lo refirieron a una “pocilga” según el concepto del “médico” titular de salud pública. Del referido centro privado fue remitido al hospital de San Pedro de Macorís, en el que poco pudieron hacer nada y finalmente murió en el trayecto hacia el Hospital Infantil Robert Reid Cabral, el único que existe en el país.
Queda entendido que cuando el “doctor” Bautista Rojas llama “pocilga” a los centros de Salud privados esta calificando de cerdos a los médicos y al personal paramédico que en ellos laboran y tambien a los pacientes, lo cual es un irrespeto por el que debe ser juzgado en una juicio disciplinario por las instituciones medico-gremiales del país y luego en la justicia ordinaria. No es una exageración si aquí escribo que el único médico cerdo que existe en la República Dominicana es el Secretario de Salud Pública del gobierno del Doctor Leonel Fernández, porque si fuera del PLD, el gobierno actual, se nombrara a uno de los meritorios profesionales de la medicina que hay en ese partido. Yo apuesto a que Jaime David haría un mejor papel pero no califica porque no es reeleccionista.
Si en los hospitales hay deficiencia de equipos, medicinas y personal médico y administrativo eso es responsabilidad del secretario de salud; que para eso le paga el Estado con los dineros del pueblo. Si los centros médicos privados son pocilgas el secretario de salud debe clausurarlos hasta que cumplan con los requisitos mínimos que manda la ley. Si el titular de la cartera no sabe eso, que recoja sus bártulos y se baya al carajo con su demagogia y su reeleccionismo, sus atribuciones según las leyes y la Constitución; son atender la salud del pueblo y no andar detrás de los fondillos del presidente haciendo propaganda y proselitismo continuista.
El otro día el cerdo titular de Salud pública, se despachó con unas declaraciones estadísticas, dándosela de docto ilustrado y dijo que este año el dengue alcanzaría los niveles del año dos mil que fue de 40 afectados por cada mil ciudadanos. Las proyecciones actuales indican que la presente epidemia superará esos niveles. Ahora agárrese de la silla amigo lector, que voy a refrescarle la memoria al doctor cerdo, porque lo que no dijo ese bergante: fue que en el dos mil era él mismo; el secretario de Salud. Ese año y el presente, son en los que el dengue ha alcanzado los mayores niveles en los anales clínicos de la enfermedad en la República dominicana. Es por esa razón que el otro día me refería Bautista Rojas y lo apodé el doctor Dengue y varios lectores me escribieron apoyando el adecuado mote. Ahora él mismo se bautizó como cerdo y estoy confundido, realmente no se cual de los dos le gustará más a mis “ciberlectores”.
Salud pública y el gobierno de Fernándes no tienen dineros para compra medicinas e implementos médicos para los hospitales y mucho menos ambulancias sin embargo el doctor Fernández y su camarilla economicista se han gastado miles de millones de dólares en la construcción de un metro que no sabemos si servirá por la inexperiencia de quienes están haciendo el trabajo, es por eso que digo que el presidente es un farsante, cuando el cerdo admitió que mintió en cualquier país lo hubieran cancelado, un funcionario mentiroso es un funcionario corrupto y capaz de todo, si el presidente no lo remueve es cómplice de la mentira y la corrupción, con su actitud el presidente le envía una pobre y negativa señal al pueblo dominicano y presta un desgraciado servicio a nuestra democracia en la que ya casi nadie cree. Gracias amigos, volveré con ustedes si Dios lo permite.
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