miércoles, diciembre 27, 2006

El plan contra Milagros es el capítulo segundo en pro de la destrucción del PRD.

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Puntillazos:


Segunda parte


Ya hemos anotado en la primera parte que el plan de destrucción del PRD, se inició con el caso Hatuey (Capítulo primero)

A principios de 2002, fui a ver a Tony Peña Guaba, para entonces cónsul en New York, cuando entraba a la oficina; salía doña Indalia, su madre, luego de los afectuosos saludos y despedida fugaz -ella salía Washington- Estas fueron sus palabras a Tony: “Atiende a Iturbides como un verdadero y desinteresado amigo de Peña” y a seguidas me dijo escribe algo de Peña, a lo que agregó. Nadie como tu puede escribir lo que él hizo en los primeros tiempos, pero sí estamos casi todos vivos, hay muchos que como yo pueden escribir sobre la trayectoria de Peña en los primeros tiempos le contesté.

Sin embargo le dije, vengo a coordinar con Tony una semblanza psicológica de desde su nacimiento hasta la fundación del PRD, trataré de explicar los sucesos de su infancia y como lo afectaron; luego escribiré si Dios me permite la segunda parte sobre los cambios que fue experimentando su personalidad, en el proceso de maduración personal y de la lucha por la democracia. Naturalmente el dije, cuento con usted que la tengo en agenda y no pueden faltar sus vivencias si tratamos de relatar la verdadera trayectoria de ese gran líder.

La idea se le ocurrió hace muchos años al ingeniero Tom Delgado Bogaert, mi amigo y amigo de infancia de Peña.

Ya en el escritorio de Tony Peña Guaba iniciamos la conversación y de inmediato llamó a su primo y ayudante que había conocido ese día mientras esperaba y le instruyó para los contactos y el traslado a la provincia de Mao para recoger las primeras notas. Pero en menos de media hora que duró la entrevista apareció una astilla de hueso en la sopa y al salir de la oficina consular ya había tomado la decisión de echar a dormir mi proyecto de nuevo, como lo había hecho antes a instancias de Jacobo Majluta en 1986 y ratificada en 1990 a instancia de Peña que dijo parecerle buena la idea y que durante la campaña de 1996 ya fenecido Jacobo Peña me dijo en Miami “me gustaría que tu hables de eso con el padre Tardif, pero esperemos a que yo te avise. Dos años más tarde falleció.

Lo que me dijo Tony:

Al tocar la situación del partido que aún estaban Hatuey e Hipólito de paños y manteles, cuando la situación política era estable e Hipólito estaba gobernando bien a decir del Cacique, entonces presidente del Partido (PRD) Sin embargo Tony me dijo que Hipólito buscaría la reelección, cuando le referí que encontraría la oposición de Hatuey me dijo que este ya estaba relegado por la brecha generacional.

Asombrado le pregunté si esa brecha generacional a que hacía referencia tenía alguna relación con los fundadores del partido y los constitucionalista y militantes que ingresaron después de la guerra de abril (1965) a los que tanto Peña defendía y la cruda respuesta fue que a esa gente por razones de lógica había que apartarlo del partido para dar paso a una nueva clase dirigencial, joven y con ideas modernas. Pensé entonces que en la carga de la que se pretendía despojar el PRD estaba yo.

Haciendo un esfuerzo para disimular mi malestar le pregunté si entendía que debíamos editar el libro para antes de las elecciones del 2004 y sin parpadeo alguno me dijo que sí y que lo “usaríamos” como un tema de campaña. Estaba todo claro y pensé únicamente ¡Que ironía! Una semblanza de Peña como tema de campaña reeleccionista de un hombre en el que el líder confió, pero el colmo de los colmos es que fuera un hijo de Peña el que me propusiera semejante herejía.

Cuando fui a Santo domingo unos meses mas tarde traté de ver a Hatuey, pero estaba muy ocupado y no lo logré, luego enfermé y el quebranto me apartó de la vida política y profesional por casi cuatro años y ya saben ustedes lo sucedido.

Escindieron a Hatuey del partido y ahora lo quieren hacer con Milagros. Miguel Vargas se opone al plazo pedido por la comisión organizadora de la polémica convención y uno no se explica la prisa, la suspicacia inquieta a todos, el comportamiento de los pepehachistas parece indicar que tienen un trompo “enliao” para alzarse a como de lugar con la candidatura, el candidato del PPH se siente cómodo con la designación que le hiciera Leonel Fernándes, al señalarlo como su contrincante y claro esta Miguel no le ganará a ningún candidato del PLD y para derrotarlo el León utilizará todas las armas y recursos en su haber y el paquete que le están preparando a Miguel y unos cuantos es tal que cualquiera no quisiera estar en sus pellejos.

Así las cosas y el relevo generacional del que hablaba Tony Peña esta en marcha y si logran dar el próximo zarpazo será poco lo que se pueda hacer para evitar la fisura, luego; al menos se necesitarán 20 años para rehabilitar al aguerrido PRD. Gracias amigos, volveré con ustedes si Dios lo permite. Moisés iturbides.


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