Puntillazos:
La semana pasada mientras realizaba una pequeña compra de objetos de limpieza en un supermercado, tras caminar hasta la media isla donde me encontraba; se acercó un joven formal y respetuoso como siempre. –Hola como esta usted dijo. -Gracias muy bien y usted. –bien gracias agregó, por éstos días he pensado venir a verlo y mire que lo encuentro. –Y en que puedo serle útil. –En muchas cosas agregó desplegando la amplia sonrisa que le caracteriza.
Se trata de Nelson Castro, asambleísta dominicano por el distrito 86 de El Bronx, (asambleísta es equivalente a un diputado estatal). Nelson ganó su curul de manera extraordinaria sorprendiendo a políticos veteranos, el arraigo social en su distrito hizo que otros pretendientes desistieran de sus aspiraciones y ganó con una amplia votación, contradiciendo la tradición de escasa votación donde el aspirante aparece solo en la boleta, pues como es natural gana con cualquier votación y sus simpatizantes se quedan en casa pero en este caso la gente de Nelson salió a votar masivamente.
La razón por la que Nelson quería verme era para cobrarme una deuda de ofrecimiento, contraída a raíz de su elección cuando le felicité y me sorprendió al pedirme mi primera cuota de lo prometido, pues yo no lo esperaba. Para iniciar su requerimiento nuestro asambleísta dijo en su estilo suave de hablar.-Usted sabe que hemos estado en Albany, muy ocupados con eso de los ajustes presupuestarios debido a la crisis económica mundial. –Así he visto en Internet. –Bueno lo que necesito de usted es que me informe de las cosas de la comunidad que escapan a la prensa, porque ahora me quiero ocupar de un programa de asistencia comunitaria y necesito saber a fondo como andan las cosas. –Muy bien, lo prometido es deuda yo le prometí mi cooperación en ese sentido y le cumpliré.
-Como usted sabe yo estoy cuatro días en Albany y cuando regrese la semana que viene le llamaré para que pasemos revista a todo lo acontecido porque estoy recabando información para implementar un programa de asistencia a la comunidad. –De acuerdo, espero su llamada, repuse.
Nos despedimos y me marche pensando que no lo había visto desde diciembre pasado, cuando nos vimos en el aguinaldo navideño de Miguel Martínez concejal de New York, también mi amigo, ambos demócratas, recuerdo que llegué al evento con varias garrafas de vino y más de un quintal de pollo y pavo de retraso, finalmente los asistentes salieron con golosinas y regalos llenos de alegría y Miguel estaba eufórico. Todos estaban contentos y felices. El asambleísta Nelson Castro me invitó entonces a su aguinaldo a celebrarse unos días después; pero no pude asistir por un compromiso profesional. Para diciembre los periodistas no alcanzamos y a veces es difícil abandonar un evento, porque se siente que todos los ojos están puesto sobre uno a ver si se va.
Uno de estos días por venir me reuniré con Nelson para lo que ya estoy reuniendo información que espero le sea útil, es el cuarto y más joven funcionario dominicano electo, municipal y estatal, también tenemos algunos jueces en el Estado de New York, nuestro amigo admira su trabajo y su comunidad; mientras esperamos de él una carrera fructífera que mejore las condiciones de vida de la gente como le hemos escuchado decir en varias oportunidades. Les deseo lo mejor tanto a Nelson como a la Comunidad. Gracias amigos volveré con ustedes si Dios lo permite. Moisés Iturbides
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